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La cultura, tradiciones y costumbres de Madagascar

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Madagascar, anteriormente conocida como la República de Madagascar, es un país insular situado en el océano Índico, frente a la costa sureste de África. La nación se compone de la isla de Madagascar, la cuarta isla más grande en el mundo, así como una serie de islas periféricas más pequeñas. Madagascar se considera una zona de singular riqueza en biodiversidad, ya que más del 90 por ciento de su flora y fauna no se encuentran en ninguna otra parte del mundo. La diversidad de la isla en términos de sus ecosistemas y exclusiva vida silvestre está siendo amenazada actualmente por la creciente población humana. Madagascar tiene una población actual estimada de 22 millones de habitantes, el noventa por ciento de los cuales viven con menos de dos dólares por día.

Los primeros asentamientos humanos en Madagascar ocurrieron entre 350 A.C. y 550 D.C. por los pueblos austronesianos, que llegaron de Borneo en rudimentarias batangas. Quinientos años más tarde, se les unieron inmigrantes bantúes que cruzaron el Canal de Mozambique. Otros grupos continuaron estableciéndose en Madagascar con el transcurso del tiempo, cada uno haciendo una contribución significativa a la cultura de la isla. El grupo étnico más grande en la isla es el malgache, un grupo étnico que frecuentemente se divide en 18 o más subgrupos, el mayor de los cuales es el merina de la sierra central. A continuación vamos a echar un vistazo más de cerca a algunos de los aspectos culturales significativos de Madagascar, como son el idioma, la religión, las costumbres cotidianas y la cocina.

La cultura de Madagascar: El idioma

Durante gran parte de su historia moderna, Madagascar fue una colonia de Francia, país que dejó una marca imborrable en la cultura y las tradiciones de la isla. Madagascar obtuvo su total independencia de Francia en el verano de 1960, pero el francés sigue siendo una de las lenguas oficiales del país, junto con el malgache, el idioma más hablado en el país.

El idioma malgache se habla en Madagascar y es la lengua materna de la gran mayoría de la población. El lenguaje es el único en la región de África que pertenece a la familia de las lenguas malayo-polinesias. Los especialistas de idiomas creen que el malgache comparte un origen común y está más estrechamente relacionado con el manyan, una lengua hablada principalmente en la parte sureste de Borneo. Tanto el malgache como el manyan se parecen mucho a las lenguas del archipiélago de Indonesia occidental, como son el malayo, el javanés, el balinés, y el lenguaje minangkabau de Sumatra.

El origen de la lengua malgache en el sudeste de Asia es claramente evidente en algunas de las palabras y definiciones comunes que comparte con varios de los idiomas indonesios. Por ejemplo, el término malgache antalaotra que significa "gente del mar", se asemeja mucho a la palabra malaya para "mar", que es laut.

Aún cuando la lengua malgache tiene diferentes dialectos regionales, la mayoría de éstos son mutuamente inteligibles. Por otra parte, el lenguaje es visto en el país como una base importante de la unidad cultural. Las palabras malgaches se derivan de raíces con significados básicos; esas raíces luego se combinan con distintos prefijos y sufijos para crear derivados. Muchas palabras en la lengua malgache tienden a ser bastante largas (como “andrianampoinimerina”, la palabra para el rey merina), pero ciertas sílabas en estas palabras más largas, sobre todo en la última sílaba, sólo se acentúan ligeramente o no llevan ningún tipo de acento.

El léxico del malgache contiene decenas de palabras extranjeras, incluidas las de los días de la semana y los meses del año, todas tomadas del árabe. Muchas de las palabras para nombrar a los animales se derivan de un dialecto swahili de África del Este, y algunas palabras del inglés y el francés entraron en el vocabulario durante los siglos XIX y XX.

Pueblo malgache Antes del siglo XIX, sólo el pueblo malgache, conocido como los antaimoro - los guardianes del idioma sorabe – poseía un lenguaje escrito. Esto cambió en los años posteriores a 1825, cuando una forma escrita de malgache, que utilizaba caracteres romanos, fue desarrollada por miembros de la Sociedad Misionera de Londres que trabajaban bajo el respaldo del rey merina Radama I. El resultado de este esfuerzo fue un lenguaje fonético consistente, que se sigue utilizando hoy en todo Madagascar. En este lenguaje, las consonantes se pronuncian como si estuvieran en inglés y las vocales como si estuvieran en francés, un convenio, según los lingüistas, al parecer con la aprobación del rey Radama I. La conclusión del alfabeto malgache fue significativa ya que permitió a los misioneros extranjeros publicar y distribuir biblias y libros de texto escolares en malgache. El nuevo alfabeto también sería decisivo para el desarrollo de la zona de Madagascar dominada por los merina.

Después de que Francia adjuntó oficialmente a Madagascar en 1896, el francés emergió como la lengua dominante de la isla, mientras que el malgache fue relegado a una posición inferior, sobre todo en los círculos oficiales y académicos. Después de la independencia en 1960, ambos, el malgache y el francés, fueron considerados lenguas oficiales, pero la lengua francesa continuó dominando hasta la toma de posesión de Didier Ratsiraka, quien fue presidente de Madagascar, tanto de 1975 a 1993 como de 1997 a 2002. Luego de su ascensión a la presidencia de Madagascar en 1975, Ratsiraka comenzó a promover una política oficial de malgachización - un retorno de todo tipo, a las raíces malgaches del país. Originalmente concebida por los nacionalistas como la promoción de la educación en el idioma nacional, la malgachización incluiría finalmente una censura radical a la lengua y la cultura francesa, así como a la influencia francesa en la economía nacional y el sistema político.

La malgachización incluyó además, la creación de una lengua malgache común, que sintetiza todos los dialectos regionales de la isla, en lugar de ser principalmente un dialecto merina, como sigue siendo el caso de la lengua oficial malgache actual.

Después de 1982, la malgachización comenzó a perder fuerza y se pensó nuevamente en incluir a Madagascar en la comunidad francófona internacional (de habla francesa). Actualmente, el francés sigue teniendo gran importancia en Madagascar, sobre todo debido a su estatus internacional y su importancia económica.

La cultura de Madagascar: La religión

Madagascar es considerado uno de los lugares más bellos del mundo, con una gran diversidad de geografía y ecosistemas y colorido fascinante. En los últimos años el país se ha vuelto cada vez más moderno, sobre todo en y alrededor de la ciudad capital de Antananarivo. Sin embargo, a pesar de este impulso a la modernidad, muchos de los habitantes de la isla siguen practicando una forma de culto religioso a los antepasados, conocida como Fomban-razana, un sistema de creencia tradicional que los mantiene en perpetuo temor y oscuridad espiritual.

Como sucede en la mayoría de las religiones tribales antiguas, en las que los "espíritus" (conocidos como fanahy) de antepasados difuntos (calledrazana) son adorados o venerados, la religión tradicional de Madagascar, conocida como Fomban-razana (que significa culto a los antepasados), reconoce la existencia de un Dios Supremo. Se cree que este Dios Supremo, conocido como Andriamanitra o Zanaharyin, dependiendo de la región, ha creado todo lo que existe. La gente de Madagascar que practica el Fomban-razana también cree que este Dios Supremo tiene el poder máximo e ilimitado sobre el universo y que, por lo tanto, posee la capacidad de manipular la naturaleza, castigar a las personas que lo ofenden y bendecir y proteger a los que lo complacen.

Muy poco se sabe sobre el Dios Supremo Andriamanitra, y los practicantes del Fomban-razana desde luego no proclaman tener algún tipo de relación personal con él. Por lo tanto a Andriamanitra nunca se le aborda directamente, sino siempre a través de los "espíritus" de los ancestros. Para lograr esto, muchas de las oraciones rituales frecuentemente concluyen con la frase "Hahasoa ahatsara Andriamanitra andriananahar", que literalmente se traduce como "Derrama sobre nosotros tus bendiciones, oh Dios, el Creador."

No todas las personas en Madagascar practican las creencias tribales tradicionales. Existen diversas organizaciones religiosas importadas que, o bien se practican solas o en combinación con las creencias tradicionales. Aunque no existen cifras precisas sobre la distribución religiosa en Madagascar, los expertos estiman que aproximadamente el 55 por ciento de la población se adhiere a creencias y prácticas tradicionales y aproximadamente el 40 por ciento practica el cristianismo, divididos a partes iguales entre católicos y protestantes. El 5 por ciento restante práctica el Islam.

En los últimos años, las iglesias protestante y católica romana han competidos en muchas formas para atraer a nuevos adeptos. Las ciudades y pueblos de Madagascar, en particular los de las tierras altas centrales, tienden a tener dos iglesias, una protestante y otra católica, un hecho que subraya aún más la competencia. La Iglesia Católica Romana goza de su mayor apoyo entre los betsileos, ubicados en la parte sur de la sierra central. Es también la religión elegida por los antiguos esclavos y los côtiers - un término francés que significa la gente de las zonas costeras. El protestantismo tiene su mayor respaldo entre el pueblo merina de la sierra central, y puesto que el pueblo merina está relacionado con el estatus, históricamente el protestantismo se ha percibido como la forma de cristianismo considerada más importante entre la clase alta. A pesar de la condición de minoría del cristianismo en el país, el Consejo de Iglesias Cristianas de Madagascar desempeñó un papel importante como mediador en el conflicto resultante de la violencia y las huelgas generales en mayo y agosto de 1991, durante la Segunda República (1975-1992).

Durante el siglo XIX, un enfrentamiento entre el cristianismo y las creencias religiosas tradicionales de Madagascar provocó que la reina Ranavalona I expulsara a decenas de misioneros extranjeros. Miles de cristianos fueron perseguidos, y algunos fueron incluso ejecutados. Esta tendencia terminó, sin embargo, con la muerte de la reina, y la ascensión de Ranavalona II, quien declaró el cristianismo, concretamente el protestantismo, como la religión oficial de la familia real. A pesar de los enfrentamientos de este tipo, tradicionalmente Madagascar ha experimentado una clase de mutua asimilación entre el cristianismo y las creencias tradicionales. Los misioneros cristianos pudieron desarrollar sobre el concepto malgache de un Dios Supremo usando la palabra, Andriamanitra, para referirse al Dios de la Biblia, y eligiendo uno de los términos tradicionales de alma - fanahy - para definir su contraparte cristiana. Incluso hoy en día, muchos cristianos que viven en Madagascar llevan a bendecir a sus muertos a una iglesia antes de enterrarlos de acuerdo a las antiguas ceremonias tradicionales. La creencia cristiana en un Dios todopoderoso, pero distante se ha mezclado con las creencias más antiguas de la cercanía y la intimidad de los antepasados que han muerto, y muchos cristianos malgaches incluso dicen que los muertos se convierten en cristianos y siguen siendo los árbitros del bien y del mal en el universo.

Por último, la pequeña población musulmana (5 por ciento) en Madagascar está dividida entre los seguidores de las sectas suní y chií del Islam. La mayoría de los musulmanes son comorenses o indo-paquistaníes, la mayoría de los cuales viven en la provincia de Madagascar conocida como Mahajanga. Una muy pequeña minoría de la comunidad hindú de la nación se adhiere a las creencias tradicionales del hinduismo.

La Cultura de Madagascar: la vida cotidiana y las costumbres sociales

Bordado malgache La mayoría de los malgaches (gente de Madagascar) vive en zonas rurales, donde su estilo de vida y ámbito político siguen siendo muy tradicionales, y donde la mayoría de las decisiones se siguen haciendo a través de un consejo de ancianos varones. Existe un creciente número de jóvenes en Madagascar que está en contra de estas tradiciones. Al ver poco futuro económico en sus pueblos rurales, estos jóvenes se han convertido en la fuente principal de la migración rural hacia las ciudades más grandes del país.

Para las personas que se quedan en el campo, las ceremonias tradicionales y los oradores y músicos ambulantes son una importante fuente de entretenimiento. En las zonas urbanas, por otro lado, las oportunidades para el entretenimiento y disfrute varían. Algunos malgaches participan en videoclubes, donde se alquilan y se proyectan películas. Las películas de acción son muy populares en Madagascar, sobre todo porque las películas rara vez son dobladas o subtituladas en malgache. Los habitantes urbanos más pobres, sin embargo,  tienen acceso reducido a este tipo de entretenimiento.

La forma típica de vestir en Madagascar varía en función de la ubicación y el nivel socioeconómico. Los residentes urbanos y rurales más pobres tienden a usar el traje tradicional: para los hombres, una camisa grande y pantalones cortos o pantalones largos, mientras que las mujeres pueden usar vestidos con faldas recogidas. En las regiones costeras del país, las mujeres a menudo pueden verse en una falda envuelta con un top. También se usa un chal rectangular, conocido como lamba, particularmente durante las ceremonias. La gente de la clase media con frecuencia usa ropa occidental, los pantalones de mezclilla (blue jeans) son la prenda favorita entre los jóvenes.

La mayoría de los ciudadanos de Madagascar, independientemente de su estatus, continúan observando la mayor parte de las costumbres tradicionales, especialmente las relacionadas con la tumba de la familia y las ceremonias que muestran respeto a los antepasados de la familia. La más común de estas tradiciones es la Famadihana, en la que se extraen los huesos de los antepasados de la tumba de la familia, envueltos en un lamba especialmente diseñada, y se colocan de nuevo en la tumba después de la ofrecer un kabary, discurso tradicional para ocasiones especiales. El kabary también se ofrece en otras ocasiones especiales, como bodas y grandes oportunidades de negocio. Los que ofrecen estos discursos son muy bien pagados, sobre todo los que emplean el uso de proverbios tradicionales.

El gobierno actual de Madagascar promueve la fusión de los aspectos y expresiones culturales antiguos y nuevos. Prueba de ello puede verse en los diversos festivales estacionales en el país, entre ellos el Festival del Arroz y el Festival de los Árboles. Las ciudades, iglesias, escuelas y otros grupos organizan conciertos y bailes, y en las ciudades hay diversas asociaciones culturales ubicadas en los distritos de origen de los miembros. Entre algunas de las festividades contempladas que se celebran en Madagascar incluyen pascua y navidad (celebrada por la comunidad cristiana), así como el Día de la Independencia, que se celebra el 26 de junio, y el aniversario de la República, observado el 30 de diciembre de cada año.

La cultura de Madagascar: La cocina

La cocina de Madagascar refleja los intereses gastronómicos de las personas que pertenecen a una variedad de culturas y etnias, incluyendo a los indonesios, africanos, franceses y árabes. Las antiguas tradiciones en Madagascar también han desempeñado un papel importante en la evolución de la cocina malgache.

En Madagascar, una comida tradicional se lleva a cabo típicamente en el suelo. Los alimentos se sirven generalmente en un solo plato y se comen con una cuchara. Las comidas se sirven cuando están bien calientes. No se permiten bebidas para acompañar la comida, ni ningún tipo de entradas o aperitivos. La comida tradicional se compone de tres o cuatro platos, seguidos de algún tipo de postre, por lo general a base de frutas locales y vainilla.

La cocina de Madagascar se compone de muchos platillos populares, donde el ro y el ravitoto encabezan la lista. El ro, considerado el alimento básico de la dieta malgache, es un plato elaborado a base de una mezcla de arroz con hierbas y hojas aromáticas. El ravitoto es un tipo de plato de carne, generalmente carne de vaca o de cerdo, que se fríe en aceite y especias y se mezcla con las hierbas. Entre las bebidas populares, que como hemos mencionado no se sirven con las comidas, se incluyen toaka, gasy, betsa, litchel y rononapango, una bebida hecha a partir de arroz quemado.

Para preparar la comida, la gente de Madagascar utiliza una variedad de ingredientes cultivados localmente. Las frutas y verduras son muy populares, así como muchas de las plantas locales que se utilizan como especias y hierbas. Peces y aves de corral también son ingredientes característicos en la cocina de Madagascar, y se utilizan a menudo en la creación de sopas y curris. La comida es bastante simple y se prepara utilizando técnicas muy básicas que han persistido entre la gente de Madagascar durante siglos.